COMIDA RÁPIDA NOV. 2015

Dentro del amplio panorama en el que se inscribe el tratamiento industrial de la alimentación, la comida rápida ha despertado un enorme recelo paralelo, curiosamente, a su rápido e inmenso desarrollo. Una tremenda acusación contra la industria de la restauración en el país que precisamente ha inventado la Fase Foz.

Decir comida rápida es decir hamburguesas, aunque en los últimos años la industria de la pizza, del pollo frito y del bocadillo ha crecido de un modo vertiginoso. Aunque la comida rápida sea un conglomerado que va mas allá de lo que se expende en las hamburguesas, el núcleo central de la misma gira en torno a los fabricantes y distribuidores de hamburguesas y papas fritas.

McDonald’s se ha convertido en el emblema por excelencia de la economía de servicios estadounidenses, que en la actualidad es la responsable del noventa por cierto de los nuevos puestos de trabajo en el país.

En Fats Food podemos leer que el norteamericano medio consume en torno a tres hamburguesas y cuatro bolsas de papas fritas por semana. Esto supone una legión de trabajadores, jóvenes e inmigrantes mal pagados que elaboran un producto en el que hay mucho de artificial. La industria del sabor y del olor es la responsable, recurriendo a productos químicos, del gusto de una comida que sucede no solo a millones de adultos y esto es lo mas importante, a otros tantos millones de niños y adolescentes.
Ximena