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CULTURA PREHISPÁNICA MÉXICO
MÁNDALA
CULTURAS PREHISPÁNICAS
Mesoamérica, se utiliza especialmente para
designar a los pueblos
que vivieron antes
de la llegada de los
españoles y ocupaba
un área enorme, ya que comprendía, en el norte, desde
lo que es el actual estado
de Sinaloa hasta el rio
Pánuco, pasando por el rio Lerma; y en el sur, desde la desembocadura del rio Motagua, al golfo
de Nicoya, pasando por el Lago
de Nicaragua. Es decir, incluye la parte
sur de la República
Mexicana, Guatemala, El Salvador y algunas
partes de Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Estos límites
geográficos,
principalmente los del
norte, cambiaron a lo largo
del tiempo y de
la historia. Los
estudiosos mexicanos han dividido
a la gran área cultural
mesoamericana, en 5
subáreas; 1) la oriental o costa del Golfo, que
incluye la huasteca, el totonacapan y los olmecas; 2) el centro
o el altiplano; 3) el sur
oriente o área maya;
4) Oaxaca, que incluye
la mixteca y la región zapoteca;
y 5) el occidente y el
norte, que incluye
la zona tarasca y las culturas de Jalisco. Colima,
Nayarit, Michoacán, Guanajuato
y Sinaloa. La historia del concepto
de Mesoamérica se remonta al año de 1960, cuando el alemán
Paul Kirchoff publicó un documento trascendental para
la arqueología mexicana que lleva
como título "MESOAMERICA". Desde
entonces, en diversos
foros, los arqueólogos
han discutido alrededor
del concepto para establecer mejor
su definición. En dicho trabajo,
su autor definió los límites
geográficos, la
composición étnica y los rasgos culturales de una
superárea que hacia
el siglo XVI se podía diferenciar
de otras regiones de América.
Kirchoff estableció que en ésta
enorme área existían
cinco divisiones lingüísticas, pero
sus habitantes exhibían
una historia común.
El arqueólogo Eduardo Matos
M. habla de
Mesoamérica en el volumen número
1 de la Historia Antigua
de México y en lista los 46 elementos exclusivamente mesoamericanos que
propuso Kirchoff; de los cuales nombraremos
los más importantes que
son: el uso de un
bastón plantador (coa);
la construcción de chinampas;
el cultivo de chía, maguey
y cacao y la molienda de
maíz cocido con
ceniza o cal. Kirchhoff
además estableció, que
los habitantes de
Mesoamérica construían
escudos con dos
manijas y espadas
de palo con
hojas de pedernal
u obsidiana en los
bordes (macuáhuitl);
edificaron como elemento
arquitectónico
importantísimo la
pirámide escalonada y los pisos
de las casas eran
de estuco. Emplearon la escritura jeroglífica, representaron los números con
signos y su valor relativo
era de acuerdo a su posición; el año estaba
dividido en 18 meses
de 20 días, más 5 días
adicionales; combinaban 20 signos
y 13 números para formar un periodo de 260 días
y la combinación de dos periodos
anteriores formaba un ciclo
de 52 años.
Los olmecas, considerado la cultura madre y la primera gran civilización
mesoamericana. Se desarrolló en la zona próxima al Golfo de México, en los
actuales estados de Veracruz y Tabasco y su máximo apogeo se registra entre los
siglos XIII y VII a.C.. Se acepta que el “habitante del país del hule”, fue el
primero en construir grandes templos y pirámides en Mesoamérica. En las tierras
del centro de México se fundaron dos importantes ciudades hacia el año 200 a.
C., Cuicuilco en el sur del Valle de México y Teotihuacán en el norte. Cuando
Cuicuilco fue sepultada por la erupción volcánica del Xitle en el primer siglo
de nuestra era, Teotihuacán se convirtió en la civilización más poderosa del
centro de México; su influencia se extendió hacia otras culturas de Mesoamérica
y a civilizaciones posteriores como la de los mexicas o aztecas. Durante el
periodo Clásico Temprano, llego a convertirse en la ciudad más importante de Mesoamérica
y una de las ciudades más grandes del mundo en el siglo XV. Se ha documentado
que Teotihuacán declino por décadas hasta que sucumbió al fuego y al saqueo
hacia 650-700 d.C.. La cultura mexica o azteca según se sabe este pueblo
peregrino era originario de Aztlán, “lugar de las garzas”, una isla situada en
una laguna del noroeste de Mesoamérica. Un día los aztecas decidieron emigrar e
iniciaron la búsqueda de nuevas tierras; hecho que les exigió peregrinar po 157
años, hasta que encontraron le lugar prometido por su dios Huitzilopochtli. Fue
en el año 1325, en un pequeño islote de la laguna de Metztilapan, donde
encontraron un águila posada sobre un nopal devorando a una serpiente y allí
fundaron su capital definitiva: México-Teotihuacán. Los aztecas rápidamente
sacaron provecho de sus habilidades como sociedad guerrera logrando dominar a
los señoríos cercanos y obtuvieron los recursos materiales que les permitieron
avanzar hacia su grandeza. La imagen de Tenochtitlan-Tlatelolco sobre una isla
en medio de la laguna debe haber sido increíble y grandiosa, sus palacios,
templos y centros ceremoniales enmudecieron a los conquistadores europeos, que
no tenían ninguna referencia para poderla comparar. La cultura maya floreció en
parte de los estados de Tabasco, Chiapas y Yucatán en México y se extendió
hasta Belice y algunas regiones de El Salvador, Honduras y Guatemala. Los
arqueólogos han descrito que el mayor apogeo de la cultura maya ocurrió entre
los años 200 y 900 d. C., y constituye uno de los momentos más altos del desarrollo
de Mesoamérica. La cultura maya, no tuvo solo un sitio importante sino varias
ciudades-estado destacadas y relacionadas entre si, que dieron lugar a un
abanico de manifestaciones culturales fantásticas. Sus formas artísticas
influyeron no solo en la escultura Mesoamericana, sino también en la
arquitectura, pintura y filosofía. De acuerdo con sus conocimientos
científicos, los mayas fueron el pueblo más civilizado en muchos aspectos del
continente americano. No sabemos la causa, pero lo cierto es que entre los
siglos IX y X de nuestra era, los grandes centros mayas fueron abandonados y la
cultura maya desapareció, dejando un legado maravilloso.
La escritura glífica.
Como ocurrió en las otras
antiguas culturas del
mundo, los pueblos mesoamericanos también
inventaron su propia escritura.
Plasmaron sus textos jeroglíficos
en estelas de piedra, en vasijas
de barro y elaboraron libros
o códices con pinturas y
variados caracteres. Los libros
o códices que se conservan, constituyen
una de las más preciadas herencias culturales
de México y la humanidad y su importancia como
creación humana está fuera
de toda duda. pues
son un legado de sabiduría gestada durante
miles de años
en las diversas culturas
mesoamericanas. Mezclando sus peculiares
signos glíficos con hermosas pinturas,
los sabios hombres mesoamericanos nos heredaron para
la eternidad su memoria y circunstancia.
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