3 APRENDAMOS

Durante la segunda mitad del siglo XIX surgió en el mundo otra fase de industrialización con una fuerza y alcance nunca antes visto. Alemania, Rusia, Estados Unidos de América, Japón, Holanda, Bélgica y otros países aceleraron su incorporación al desarrollo industrial. Alemania llego incluso a superar a Reino Unido donde el proceso había empezado antes. Esta nueva fase de industrialización dio lugar, en el terreno económico a lo que se denomina capitalismo monopólico, y en el terreno político, al fenómeno llamado Imperialismo. El capitalismo monopólico consistió en el ejercicio del control de los principales ramos de la industria por algunos pequeños grupos de grandes propietarios e inversionistas.

  Se formaron carteles es decir asociaciones o pactos entre grupos industriales para acordar juntos los precios de la producción y anular la competencia. Estas grandes ligas buscaban controlar la producción mundial de hierro, carbón, maquinaria y otros insumos de la industria, así como la de los productos acabados. Varios estados nacionales, como reino unido, Francia, Bélgica y Alemania, colaboraron con el desarrollo de su industria nacional, buscando garantizar materia prima y territorios en los cuales invertir. Esto dio lugar a una nueva fase de colonización mundial, llamada Imperialista: las potencias procuraban extender y fortalecer su dominio político sobre territorios coloniales e incorporarlos a grandes estados de imperial. La industrialización en la segunda mitad del siglo XIX fue de la mano del imperialismo.